“Satisfaz mi deseo, Padre Todopoderoso, si ello no ha de perjudicarme ni perjudicar a ninguno de tus hijos”'Es en ese espíritu que Él dice:' Sean confundidos '( Salmo 35:4 ). Esta es su sentencia pronunciada por los labios del Enjuiciador. No es el deseo de algún vengativo; es la expresión de la justicia obligada por el Estado de las partes